sociologia

Las sociedades no siempre fueron como las conocemos, ni la gente pensaba como lo hacemos ahora. Así como las sociedades fueron cambiando con el paso del tiempo, así también el modo en que se pensó acerca de ella.

La sociología se propone la comprensión del mundo social, que es construido cotidianamente por nosotros, al mismo tiempo que nosotros somos construidos por él. ¿Cuál es la relación entre nosotros como sujetos y la sociedad? La sociedad nos hace tanto como nosotros hacemos su historia, aunque no la hacemos bajo condiciones elegidas por nosotros.

Por otra parte, los miembros de una sociedad tienen miradas muy diversas sobre la realidad, y sobre sus relaciones y vínculos sociales. Vivimos en una sociedad cuyo funcionamiento total no comprendemos, pero cuyas consecuencias nos afectan. El mundo cambia. Las pautas de vida cambian. La sociología intenta comprender estos cambios.

domingo, 15 de mayo de 2011

Karl Marx: El Capital por José Pablo Feinmann


Desarrollo del capitalismo 3


Desarrollo del capitalismo 2


Desarrollo del capitalismo 1


I.2 La sociedad como objeto de conocimiento de una ciencia llamada Sociología


La sociología, como campo definido del conocimiento, recién aparece al promediar el siglo XIX. Filosofías de la sociedad y doctrinas para poner en marcha procesos de reformas aparecen en el remoto pasado humano, a menudo ligadas a especulaciones religiosas y casi siempre referidas a los problemas de organización de la sociedad y el Poder. En el pensamiento occidental este proceso nace con los griegos, para prolongarse sin mayores discontinuidades en la cultura medieval.
El punto de ruptura de esa tradición, que permitirá progresivamente la constitución autónoma del conjunto de las hoy llamadas ciencias sociales (dentro de las que se encuentra la Sociología), se halla en el Renacimiento. El precursor reconocido para este nuevo continente del conocimiento será Nicolás Maquiavelo (1469-1527), cuya obra marca la emancipación de la reflexión política, del pensamiento teológico.
Lo que podríamos llamar ciencia política-teoría del gobierno y de las relaciones entre el gobierno y la sociedad- es el primer campo secularizado del saber que habrá de  irse formando dentro del orden más vasto de las ciencias sociales. Esta anticipación de la teoría política sobre el resto de las otras disciplinas no se debe al azar. El origen y el desarrollo de cada campo del conocimiento se vincula siempre con las preguntas que plantea el desenvolvimiento social. El surgimiento de las naciones y de los estados centralizados ponía en el centro del debate el tema de la organización del poder que, bajo el modo de producción capitalista entonces en expansión, no podía ser pensado sino como un contrato voluntario entre sujetos jurídicamente iguales. Hobbes, Locke, Montesquieu, Rousseau, son algunos de los hitos en ese camino de constitución de un nuevo saber, más riguroso, sobre el sentido de las relaciones sociales entre los hombres. Lo social y lo político, que hasta entonces aparecía como algo dado, invariante, fijo, absolutamente regulado por un sistema organizativo que no distinguía lo público de lo privado, comienza a ser pensado como un proceso de construcción colectiva en el que el hombre precede a la sociedad, la crea y la organiza. Nace la idea del “contrato social”, de la soberanía popular y de las formas de representación de esa soberanía que, con distintos matices, recorre el pensamiento político desde el siglo XVI.
El segundo movimiento corresponde a la economía política. William Petty, Adam Smith y David Ricardo significan en el plano del pensamiento económico lo que Hobbes, Locke o Montesquieu en el de la reflexión sobre las relaciones entre la sociedad y el poder. El surgimiento de la Economía Política se da en medio de una explosión de crecimiento económico sin precedentes, acompañada de cambios en el comercio, en la estructura económica y poblacional, así como en el sistema monetario.
La sociología por su parte, como un producto del siglo XIX aparece ligada a una situación de crisis y de cambios. Sin embargo, la respuesta que ella propondrá a esa crisis, es antes bien que revolucionaria, conservadora o propulsora de algunas reformas tendientes a garantizar el mejor funcionamiento del orden constituido. El origen de la sociología se diferencia nítidamente del desarrollo de la ciencia política y de la economía. En tanto que estas dos, giraron alrededor de las ideas de contrato y de mercado, sostenidas sobre el principio de la igualdad jurídica de los hombres, la sociología surge cuando ese nuevo orden ha empezado a madurar, cuando se han generalizado ya las relaciones de mercado y el liberalismo representativo, y cuando en el interior de la flamante sociedad aparecen nuevos conflictos, radicalmente distintos a los del pasado, producto del industrialismo.
El estímulo para la aparición de la sociología es la llamada Revolución Industrial y la crisis social y política que dicha transformación económica genera. El orden social estamental precapitalista unificaba lo social y lo político-jurídico. El capitalismo rompe esta identidad entre lo público (relaciones laborales, derechos ciudadano) y lo privado (relaciones sociales y familiares) y con ello la armonía de un orden integrado.
Por otro lado, aparece un nuevo actor social, el proletariado de las fábricas. La sociología arrancará de este dato para intentar reconstruir las bases del orden social perdido; de aquella antigua armonía sumida ahora en el caos de la lucha de clases.Para dar respuesta a las alteraciones dadas y que el proletariado señala, en el plano de la teoría y de la práctica social, aparecerán dos vertientes antitéticas: una será la del socialismo de Karl Marx, la otra lo que configura la tradición sociológica clásica.
La sociología clásica nace íntimamente ligada con los objetivos de estabilidad social de las clases dominantes. Su función es dar respuestas a la crisis planteada en el siglo XIX. Es una ideología del orden, del equilibrio, aun cuando sea, al mismo tiempo, testimonio de avance en la historia del saber, al sistematizar, por primera vez, la posibilidad de constituir a la sociedad como objeto de conocimiento. Los temas de la sociedad pasan a ser motivo autónomo de investigación: es el penúltimo paso hacia la secularización del estudio sobre los hombres, y sus relaciones mutuas. Por el contrario, la vertiente marxista considera el cambio de modo favorable, como motor del desarrollo histórico social. La magnitud de los problemas que plantea la sociedad como objeto de conocimiento impone un abordaje científico. Para quienes serán los fundadores de la sociología, ha llegado la hora de indagar leyes científicas de la evolución social y de instrumentar técnicas adecuadas para el ajuste de los conflictos que recorren Europa. La ciencia social, a imagen de las ciencias de la naturaleza, comparaba la sociedad al modelo del organismo. Este positivismo, que exigía estudiar a la sociedad como se estudia a la naturaleza, iba a encontrar su método en el de la biología, rama del conocimiento en acelerada expansión durante el siglo XIX.
La sociedad –desde la perspectiva de la sociología clásica- puede incluir procesos de cambio, pero ellos deben estar incluidos dentro del orden. La tarea a cumplir es desentrañar ese orden –es decir desentrañar las leyes que lo gobiernan–, contemplarlo y corregir las desviaciones que se produzcan en él. Así, todo conflicto que tendiera a destruir radicalmente ese orden debía ser prevenido y combatido, lo mismo que la enfermedad en el organismo. El tema central es, pues, el orden social; el cambio, la transformación sólo será un caso especial, controlado, del equilibrio, postulado simultáneamente como punto de arranque metodológico para el estudio científico de la sociedad y como ideal al que debe tender la humanidad.

sábado, 9 de abril de 2011

I.1 Paso de la sociedad tradicional a la sociedad moderna: contexto de surgimiento y características.


A partir del siglo XV surge una nueva forma de organización social, las sociedades feudales se debilitan y se extingue el trabajo y los vínculos serviles característicos del feudalismo. Paralelamente, el poder de los señores feudales se debilita y el poder político disperso en diferentes feudos tiende a concentrarse en un centro de poder -que da origen a los Estados-nación- en la primera etapa como monarquías absolutas; luego, en otras formas de gobierno, como los gobiernos representativos. Todos estos fenómenos son los que dan paso al surgimiento de la modernidad.Podemos decir que las características centrales de la modernidad son:
- en el terreno de la economía significa el nacimiento y la expansión planetaria del modo de producción
capitalista.
- en lo social, la aparición de clases sociales ( burguesía, proletariado, clases medias) y de un proceso
novedoso: la movilidad social, o el hecho de que los individuos –a diferencia de aquellos de las sociedades
premodernas- pudieran pasar por diversos sectores o clases sociales a lo largo de sus vidas.
- en lo cultural, implicó el debilitamiento de los lazos de parentesco y de identidad comunitaria, el
incremento y la difusión de la información y del conocimiento.
- en el ámbito político, la implantación de un nuevo criterio de legitimidad: la soberanía popular.
La modernidad es un gran proceso cultural, en el cual se produce el fenómeno designado como “secularización”. Con este término se indica el carácter terrenal, intramundano (opuesto a trascendente o ultraterrenal) de los nuevos tiempos. Ya no hay milagros, los dioses ya no intervienen en los asuntos humanos para alterar a voluntad los hechos de este mundo. A esto se lo llama el “desencantamiento
del mundo”.
Gracias a ese proceso de secularización, ocurre algo que cambiará nuestras vidas hasta el presente: el mundo se torna calculable. En verdad, toda la realidad tiende a ser mirada como algo que se puede calcular. Para esto es preciso que los dioses se hayan alejado, que ya no haya milagros, por ejemplo, cuando yo suelto una piedra sé que esta va a caer obedeciendo a la ley de gravedad, y que no saldrá
para arriba o que quedará suspendida en el aire.
Comprenderán inmediatamente que estamos hablando nada más y nada menos que de los fundamentos mismos de la ciencia moderna, empezando por la ciencia físico-matemática inaugurada por Galileo Galilei en el siglo XVII. Esta revolución científica es la que en buena medida ha configurado el mundo moderno en el que aún vivimos. En rigor, la potencia cognoscitiva de la ciencia se asociará indisolublemente a la revolución industrial del siglo XVIII, configurando un sistema tecno-científico cuyos sorprendentes desarrollos no han dejado de modificar nuestras vidas.
Entre las consecuencias que trajo aparejado el desarrollo industrial, están el crecimiento de las ciudades -como resultado de las migraciones de gran parte de la población del campo a la ciudad- y una mayor división social del trabajo, un gran desarrollo de la tecnología empleada en la producción y un gran aumento del mercado de bienes y servicios.
Toda la vida de los modernos se ha caracterizado por incluir el cálculo como una de las lógicas centrales de su comportamiento, de su accionar. Calcula el empresario al realizar sus inversiones, pero también el asalariado al planificar sus gastos y el joven estudiante al elegir una carrera. En suma, todo el mundo calcula, es decir, prevé el resultado de sus acciones, las orienta de manera racional, se fija una finalidad y evalúa los medios más conducentes a su realización. Ésta es la lógica instrumental de la acción social que
teorizará Max Weber hacia principios del siglo XX.
Toda la vida de los modernos se ha caracterizado por incluir el cálculo como una de las lógicas centrales de su comportamiento, de su accionar. Calcula el empresario al realizar sus inversiones, pero también el asalariado al planificar sus gastos y el joven estudiante al elegir una carrera. En suma, todo el mundo calcula, es decir, prevé el resultado de sus acciones, las orienta de manera racional, se fija una finalidad y evalúa los medios más conducentes a su realización. Ésta es la lógica instrumental de la acción social que teorizará Max Weber hacia principios del siglo XX.
Otro rasgo definitorio de la modernidad en términos estructurales, básicos, es la valoración de lo nuevo como bueno. En las sociedades tradicionales, lo nuevo, novedoso, es generalmente visto como malo o al menos como una amenaza a un orden ya establecido, en el que nada debe cambiar. Por el contrario, la modernidad impulsa el cambio, al que llamará desarrollo, evolución, progreso.
Si bien la modernidad liberó a las personas de la inmovilidad de las sociedades tradicionales (nacer dentro
de un estrato social era determinante en el desarrollo de sus vidas: si las personas nacían esclavas morían esclavas), por otro lado, implicó que las personas se encontraran viviendo en la ciudad, un lugar mucho más grande y al cual llegaban sin ningún otro motivo más
que buscar trabajo y “progresar”. La ciudad no les daba el sentido de pertenencia que tenían en el feudo con la lealtad al señor feudal.
En éstas, la comunidad de pertenencia es sólo una pequeña porción del mundo social.

Unidad I: Contexto de surgimiento de la sociología y
principales enfoques teóricos
I.1 Paso de la sociedad tradicional a la sociedad moderna: Contexto de
surgimiento y características.
I.2 La sociedad como objeto de conocimiento de una ciencia llamada Sociología.
I.3 Enfoques teóricos de la sociología: desde la Acción y desde la Estructura
social.
I.4 Karl Marx: Clases sociales. Lucha de clases. Medios de producción.
Relaciones Sociales de producción. Alienación.
I.5 Max Weber: Método de investigación y acción social. Ética protestante
y capitalismo. Racionalización. Burocracia